¿Qué pensaba Platón sobre el papel de las mujeres en la sociedad
y por qué eso es relevante hoy?


Carmen Zavala 06.05.2012


Platón hace menciona a mujeres principalmente en 3 textos:

1) En el Banquete, donde Sócrates presenta a Diótima como su maestra sobre el amor y en general la maestra de toda su visión del mundo.

2) En el Menéxeno, donde Sócrates presenta a Aspasia como su maestra en retórica

3) En la República, donde propone igualdad para mujeres y hombres en la educación y en el ejercicio de funciones en la sociedad


A medida que vayamos avanzando en el desarrollo de estos puntos iremos también echando un vistazo al estado actual de la discusión político-social sobre estos puntos.

1) En el diálogo el Banquete una serie de intelectuales de la época se reúnen a comer, tomar y a escuchar a mujeres tocar la flauta y a danzar, para luego pasar a conversar sobre qué es el amor. Cada uno va exponiendo su versión sobre el amor. Cuando le toca el turno a Sócrates, éste menciona los que según él le enseñó su maestra Diótima sobre el amor. También ella le enseñó la teoría de la reminiscencia según la cuál todos los seres humanos tienen en mayor o menor grado una misma capacidad de acceder al conocimiento, la cual se transmite de generación a generación. Esta transmisión ocurre por reencarnación, pero también a través de los libros y de la procreación sexual.

Para nuestro punto esta referencia es interesante, porque Platón

a) posiciona a una mujer como maestra de Sócrates
b) argumenta a favor de la igualdad esencial en las capacidades intelectuales entre hombres y mujeres, ya que Diótima (y Sócrates y Platón) sostiene que éstas capacidades se transmiten de manera azarosa (o en todo caso desconocida para nosotros) de generación a generación y no de hombres a hombres o de mujeres a mujeres, niños a niños o esclavos a esclavos.

HOY: Hasta el día de hoy hay gente que pretende probar que los hombres y las mujeres piensan genéticamente de manera distinta (o los negros, los blancos y los asiáticos u otras diferenciaciones que se hacen). “Genéticamente” corresponde a lo que en la antigüedad se consideraba “esencialmente”. Esta es la posición que Platón trataba de refutar.

2) En el diálogo Menexeno (que por cierto es también el nombre de uno de los hijos de Sócrates ) de Platón una mujer asume el papel principal del diálogo.
Se trata de Aspasia, la compañera extranjera de Pericles y maestra de Sócrates. El diálogo se inicia con que Sócrates se encuentra con Menexeno (1), el cual viene del ágora y cuenta que están buscando a alguien que dé el discurso fúnebre a los deudos con motivo del entierro público después de la guerra en honor a todos los combatientes atenienses caídos en combate contra los enemigos de Atenas. Sócrates comenta que prácticamente cualquiera puede dar ese discurso, pues no hay mayor dificultad en elogiar a los atenienses frente a los atenienses o a los espartanos frente a los espartanos. Lo difícil sería elogiar a los atenienses frente a los espartanos o a los espartanos frente a los atenienses (3).
“Acaso tú mismo, Sócrates, crees que estarías en capacidad de dar ese discurso si tuvieras que hacerlo y el Consejo te eligiese?” (Menexeno 235) le pregunta Menexeno a Sócrates y éste le contesta que no llama la atención que él estuviese en capacidad de dar ese discurso fúnebre ya que al igual que muchos otros grandes oradores griegos, entre ellos el mejor de todos Pericles, ha sido alumno de oratoria de Aspasia, la compañera de Pericles.
Como Aspasia le había mostrado ya a Sócrates el día anterior el discurso que había preparado para esta ocasión, Menexeno le pide que le recite lo que ella dijo.

En este discurso Aspasia elogia a los atenienses y agita contra sus enemigos. Sin embargo, podemos estar seguros que Aspasia que venía de Mileto (Turquía) no compartía este punto de vista xenófobo, pues justamente ella misma y su hijo con Pericles, en esos momentos gobernante de Atenas, sufrían por la actitud xenófoba griega y por la ley de marginalización de los extranjeros, que impedía que el hijo de Pericles, a pesar de que este fue el gobernador de Atenas, sea reconocido ciudadano de Atenas.

A pesar de que Aspasia no podría haber estado de acuerdo en ningún caso con estas declaraciones xenófobas humillantes y paralizantes para ella y su hijo con Pericles, ella lanza un tal discurso de alabanza a la pureza de los Atenienses. Este discurso  tiene un propósito retórico estratégico positivo. No entraremos en detalles al respecto aquí. Pero queda claro que también aquí Platón

a) posiciona a una mujer como maestra de Sócrates
b) pone énfasis en señalar el ejemplo de una mujer con grandes capacidades intelectuales y estratégicas, que sabe poner los intereses de la Polis, es decir, los intereses de la sociedad, por encima de sus intereses particulares o los de su familia.


De la fama y controversia de la figura de Aspasia en Atenas, además del proceso sufrido bajo la acusación de impiedad, deja constancia el hecho de que cuatro de los discípulos de Sócrates, o bien escribieron obras tituladas Aspasia, o bien se refieren a ella no de un modo ocasional. Contemporáneo al Menéxeno se escribió un diálogo titulado Aspasia, cuyo autor fue Esquines. El diálogo de Esquines presenta a Aspasia como una mujer sabia y hábil en hablar que tiene escuela~. Jenofonte se refiere a ella en numerosas ocasiones y Antístenes compuso una obra titulada Aspasia de la que nos da cuenta Diógenes Laercio” (4)

HOY: Hasta el día de hoy existe el prejuicio que Platón pretende contradecir aquí con un ejemplo práctico, de que la mujer, aun educada y con recursos económicos propios, tenderá a ocuparse más de sus hijos y de su marido que de los asuntos del Estado.
Aún hoy en el Perú tenemos algo que se llama el “Ministerio de la Mujer” en la que se encargan de algunos pocos asuntos de las mujeres pero principalmente de los asuntos de los hijos, de la familia y de los menesterosos – sobreentendiéndose ( o diciendo explícitamente) que estos asuntos son los de la mujer principalmente y no los de toda la sociedad, es decir, que son los asuntos de los hombres y las mujeres por igual.


3) Sin embargo la principal referencia de Platón a las mujeres es en el diálogo La República. Allí Platón a través de Sócrates aboga por la igualdad de la educación y de las funciones en la sociedad para hombres y mujeres. Para ello argumenta en distintos sentidos:

¿Creemos que las hembras de los perros guardianes deben vigilar igual que los machos y cazar junto con ellos y hacer todo lo demás en común o han de quedarse en casa, incapacitadas por los partos y crianzas de los cachorros, mientras los otros trabajara y tienen todo el cuidado de los rebaños ?

-Harán todo, en común -dijo-; sólo que tratamos a las unas como a más débiles y a los otros como a más fuertes.

-¿Y es posible -dije yo- emplear a un animal en las mismas tareas si no le das también la misma crianza y educación?

-No es posible.


OBSÉRVESE que acá se sostiene que el argumento de la desigualdad biológica, no tiene como consecuencia una diferencia en las funciones que deban ejercer hombres y mujeres.
-Por tanto, si empleamos a las mujeres en las mismas tareas que a los hombres, será necesario darles también las mismas enseñanzas. (..)

-Por consiguiente, también a las mujeres habrá que introducirlas en la música y la gimnástica, e igualmente en lo relativo a la guerra; y será preciso tratarlas de la misma manera.

OBSÉRVESE que la necesidad de la educación igual para hombres y mujeres para que puedan servir mejor al Estado, es una argumentación por el bien de la sociedad y no de la mujer como individuo.

Pero quizá mucho de lo que ahora se expone –dije- parecería ridículo, por insólito, si llegara a hacerse como decimos.
-Efectivamente -dijo.

-¿Y qué es lo más risible que ves en ello? - pregunté yo-. ¿No será, evidentemente, el espectáculo de las mujeres ejercitándose desnudas en las palestras junto con los hombres, y no sólo las jóvenes, sino también hasta las ancianas, como esos viejos que, aunque estén arrugados y su aspecto no sea agradable, gustan de hacer ejercicio en los gimnasios?

-¡Sí, por Zeus! -exclamó-. Parecería ridículo, al menos en nuestros tiempos.

-Pues bien -dije-, una vez que nos hemos puesto a hablar, no debemos retroceder ante las chanzas de los graciosos por muchas y grandes cosas que digan de semejante innovación aplicada a la gimnástica, a la música y no menos al manejo de las armas y la monta de caballos.

-Tienes razón -dijo.

-Al contrario, ya que hemos comenzado a hablar, hay que marchar en derechura hacia lo más escarpado de nuestras normas, y rogar a ésos que, dejando su oficio, se pongan serios y recordarles que no hace mucho tiempo les parecía a los griegos vergonzoso y ridículo lo que ahora se lo parece a la mayoría de los bárbaros, el dejarse ver desnudos los hombres, y que, cuando comenzaron los cretenses a usar de los gimnasios y les siguieron los lacedemonios ,los guasones de entonces tuvieron en todo esto materia para sus sátiras. ¿No crees?
 (Platón. La República. Libro IV. 451 - 452 b)

OBSÉRVESE que ya en la antigüedad se criticaba la cucufatería, como señal de atraso cultural.

La argumentación de Platón a través de Sócrates continúa entrando a detalles:

-¿Y conoces algún oficio ejercido por seres humanos en el cual no aventaje en todos esos aspectos el sexo de los hombres al de las mujeres? ¿O vamos a extendernos hablando de la tejeduría y del cuidado de los pasteles y guisos, menesteres para los cuales parece valer algo el sexo femenino y en los que la derrota de éste sería cosa ridícula cual ninguna otra?

-Tienes razón -dijo-; el un sexo es ampliamente aventajado por el otro en todos o casi todos los aspectos. Cierto que hay muchas mujeres que superan a muchos hombres en muchas cosas; pero en general ocurre como tú dices.

-Por tanto, querido amigo, no existe en el regimiento de la ciudad ninguna ocupación que sea propia de la mujer como tal mujer ni del varón como tal varón, sino que las dotes naturales están diseminadas indistintamente en unos y otros seres, de modo que la mujer tiene acceso por su naturaleza a todas las labores y el hombre también a todas; únicamente que la mujer es en todo más débil que el varón.

-Exactamente.

-¿Habremos, pues, de imponer todas las obligaciones a los varones y ninguna a las mujeres?

-¿Cómo hemos de hacerlo?

-Pero diremos, creo yo, que existen mujeres dotadas para la medicina y otras que no lo están; mujeres músicas y otras negadas por naturaleza para la música.

-¿Cómo no?

-¿Y no las hay acaso aptas para la gimnástica y la guerra y otras no belicosas ni aficionadas a la gimnástica?

 -Así lo creo.

-¿Y qué? ¿Amantes y enemigas de la sabiduría? ¿Y unas fogosas y otras carentes de fogosidad?

-También las hay.

-Por tanto, existen también la mujer apta para ser guardiana y la que no lo es.

-Por tanto, querido amigo, no existe en el regimiento de la ciudad ninguna ocupación que sea propia de la mujer como tal mujer ni del varón como tal varón, sino que las dotes naturales están diseminadas indistintamente en unos y otros seres, de modo que la mujer tiene acceso por su naturaleza a todas las labores y el hombre también a todas; únicamente que la mujer es en todo más débil que el varón.

-Exactamente.
Platón. La República. Libro V 455c – 456b)

HOY: Existen en la actualidad numerosos filósofos que se proclaman a sí mismos como feministas y que sostienen que lo femenino es la debilidad, la sumisión y la benevolencia con los más necesitados y que estas características no son lacras, sino virtudes. De allí resultan disparates como que si un hombre se ocupa de sus hijos o de personas en necesidad es porque es “femenino”. Muchos grupos de supuesto apoyo a la mujer también han interiorizado estas ideas y en vez de defender los intereses de las mujeres, se ofuscan en una discusión sobre lo supuestamente “esencial” de cada “género”. Platón aquí argumenta contra esa posición.

La argumentación de Platón no se limita a la parte de la educación y las labores intelectuales y físicas. También al ejercicio de su sexualidad:

“..existe cosa más ventajosa para una ciudad que el que haya en ella mujeres y hombres dotados de toda la excelencia posible?

-No la hay.

-¿Y esto lo lograrán la música y la gimnástica actuando del modo que nosotros describimos?

-¿Cómo no?

-De modo que no sólo era viable la institución que establecimos, sino también la mejor para la ciudad.

Así es.

-Deberán, pues, desnudarse las mujeres de los guardianes (porque, en vez de vestidos se cubrirán con su virtud) y tomarán parte tanto en la guerra como en las demás tareas de vigilancia pública sin dedicarse a ninguna otra cosa; sólo que las más llevaderas de estas labores serán asignadas más bien a las mujeres que a los hombres a causa de la debilidad de su sexo. En cuanto al hombre que se ría de las mujeres desnudas que se ejercitan con los más nobles fines, ése «recoge verde el fruto » de la risa y no sabe, según parece, ni de qué se ríe ni lo que hace; pues con toda razón se dice y se dirá siempre que lo útil es hermoso y lo nocivo es feo.

-Ciertamente. "

(Platón. La República. Libro V 457 a-b)

HOY: Muchos grupos que luchan por los intereses de la mujer han decidido no incluir la discriminación contra el libre ejercicio de su sexualidad entre sus intereses. Detrás de ello se esconde la cucufatería religiosa, por una parte y los rezagos religiosos entre dirigentes políticos pseudo-marxistas por otra. Estos últimos grupos dirigidos principalmente por hombres que no se han liberado de los rezagos religiosos que le fueron transmitidos por sus familias, gustan de anular la discusión sobre el tema llamándolo una preocupación pequeño-burguesa, cosa que Marx y Lenin hubieran rechazado tajantemente.

En resumen podemos decir que Platón sentía un gran aprecio intelectual por algunas de las mujeres de su tiempo y que pensaba que las mujeres debían ejercer las mismas funciones y acceder a la misma educación que los hombres, junto con ellos. Esto no tanto en bien de las mujeres, como por el bien de toda la sociedad, pues mujeres ignorantes no pueden educar hombres nuevos mejores.


Esto es relevante hoy porque la lucha por las posibilidades de desarrollo y derechos de la mujer todavía pocas veces se ve como una lucha por el beneficio de toda la sociedad. Más bien se tiende a verlo como una dádiva a las mujeres para que estén contentas o sufran menos. O se la confunde con la lucha por el bienestar de los niños, como si los niños fuese responsabilidad únicamente de las mujeres o de los maridos que las “abandonaron” y no de la sociedad entera. Todos estos errores en la comprensión del problema de la relegación de la mujer fueron ya señalados en su momento por Platón. Por ello es relevante repensar su posición.

1. Menexeno de Atenas que aparece también como interlocutor en el Lisias y es mencionado en el Fedón 59b
2. NAILS , Debrah, “ The people of Plato”, Indianapolis: Hackett, 2002, p.203:Menexeno de Alopece, hijo de Sócrates, nacido antes del 402 a. C. Madre: Jantipa, hermanos Laproclo II y Sofronisco II, probablemente el hijo menor de Sócrates.
ÜBERWEG, Grundriss der Geschichte der Philosophie. Sophistik-Sokrates-Sokratik-Mathematik-Medizin, Basilea: Schwabe&Co. AG, 1998, p.148
3.Este fragmento del Menexeno es citado también por Aristóteles en su Retórica 1367b8 “... como Sócrates solía decir, no es difícil elogiar a los atenienses frente a una audiencia ateniense” y 1415b31 “Porque es cierto, como dice Sócrates en su discurso fúnebre” (nombre antiguo del Menexeno), que ”la dificultad no consiste en elogiar a los atenienses en Atenas sino en Esparta.”
4. González Suárez, Amalia; Amorós Puente, Celia. Lo femenino en Platón. España: U. Complutense de Madrid, 2006. p 38.
Platón. La República. Libro IV. 451 - 452 b